jueves, 6 de septiembre de 2007

El despertar del vampiro

El crepùsculo me espanta el sopor,
junto con el terror,
que me causa la odiada luz del dìa.
Que es a la vez tentaciòn y agonìa,
prohibida ambrosìa,
servida en un càliz abrasador.

Anoche te he dado la bienvenida;
mi abrazo era homicida,
y fue nuestra danza la iniciaciòn
que en un òsculo fatal de pasiòn,
te dio la maldiciòn,
de vivir por siempre una muerte en vida.

No tengas miedo de què va a pasar,
yo serè tu mentor y voy a mostrarte
còmo has de alimentarte
de la victima que hayas escogido.

Pues sòlo tu su sangre podrà saciarte
del hambre horrible que en vos ha nacido
y aguza tus sentidos,
cuando llega la hora de ir a cazar.

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