
Su voz empapó mi mente,
palabras llovió sobre mí,
cada gota fue un concepto
y una imagen que sentí.
¿Quieres saber del comienzo
y la verdad contemplar,
de cuándo Dios y la Nada
rozaban su eternidad ?
Es imposible el contacto
de tocar sin ser tocado
y para evitar cambiarse
giraban acompasados.
Quiso Su voluntad
diseñar una frontera
que separe a la realidad
de las cosas que no era.
De Su voluntad Big Bang,
ángeles de su esencia,
formados para crear
el cosmos y la existencia.
Siete casas celestiales,
con jerarquía y función,
surgieron en un momento
de divina reacción.
La primera de las casas
habría de transportar
a nosotros su palabra
y que se había de crear.
La segunda de las casas
tenía la noble labor
de infundir al universo
la esencia del creador.
La tercera entre nosotros
debía de construir
un universo concreto
con materia que sentir.
La siguiente casa angélica
fue la orden estelar.
Trazándole rumbo al cosmos
logró al tiempo echar andar.
La quinta orden creada,
la casa del cambio eterno,
dominarían los ciclos
y serían el movimiento.
Tras ella la casa sexta,
del instinto primordial,
diseño el gran equilibrio
en el reino natural.
Y para la última tarea
creó una casa final,
de la que nació este ángel
que llamas Ereshkigal.
Somos ángeles de la muerte
y los heraldos del final,
daríamos fin a un ciclo
y otro habría de empezar.
Asistimos al principio
de la misma Creación,
pues Su voluntad fuimos
Y fuimos Su reacción.
La última de sus obras,
a quien dimos realidad,
Él la llamó Sus hijos
y la nombró Humanidad.
Los creamos a Su imagen
,de infinito potencial,
los llenamos de Su esencia
y de fe fundamental.
Desde entonces comprendí
que fuimos Sus instrumentos.
El ángel nació en Su cuerpo,
el hombre en Sus sentimientos.
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